Post #Pumas Tigres ¿Querían al Tuca? por @eledetepe

El miércoles 24 de agosto de 2022, en un partido adelantado de la fecha dieciséis del torneo Apertura 2022 de la Liga MX, los Pumas de la UNAM recibieron en el Estadio Olímpico Universitario a los Tigres de la UANL, entre un mar de dudas y lesiones. En este duelo de felinos universitarios, la tensión se sentía en el ambiente, ambos cuadros parecieron neutralizarse y al final, los visitantes rescataron el empate a un gol.

Nuestro director técnico, Andrés Lillini planteó un equipo bien parado en zona defensiva, con la posibilidad de salir ya fuera jugando o con un pelotazo. Así mismo, la actitud de la mayoría los jugadores dio un vuelco, acaso provocado por las presiones y los rumores que en las últimas semanas han mencionado el nombre de Ricardo “el Tuca” Ferreti para volver a tomar las riendas de los de sangre azul y piel dorada.

Infundados o no, fantasiosos o no, los rumores dieron lugar a que la directiva universitaria saliera el viernes pasado a ratificar que el profe Lillini, su cuerpo técnico y todo el plantel terminarán el torneo, y después se tomarían decisiones.

Pues la inspiración táctica de los equipos de Ferreti se sintió esta noche en CU. Debido a las lesiones de Julio, Palermo, Meritao y Salvio, nuevamente los Pumas debieron rehacerse y presentaron otra vez una alineación inédita: Gil Alcalá debutando en el marco universitario; una línea de cinco defensores, con Alves y Jero por las bandas, y Galindo, Freire y Aldrete en la central; al medio campo, José Caicedo como único escudo y Leo López con la responsabilidad de mover el balón; adelante, nuevamente Diogo y Del Prete bien abiertos y Juan Ignacio Dinenno clavado al centro.

Raro de inicio, pero profundamente efectivo en retrospectiva. A pesar de que en los primeros minutos, Tigres tuvo una jugada muy clara, en la que el remate de Córdova, solo a la mitad del área, salió a las manos de Gil, luego Pumas controló los intentos del rival por atacar. Se quiso recuperar la confianza a la defensiva y de ahí partir para intentar atacar.

Es probable que hayamos visto el surgimiento de una joya en José Caicedo, enorme en medio campo. Por fin un medio de contención que logra hacer las coberturas necesarias en defensa, que se abre para salir jugando y que distribuye adecuadamente el balón a su alrededor. Lástima que salió por un problema muscular a poco del final del partido.

Por cierto, este fue el mejor juego de Eduardo Salvio, pues su ausencia se sintió más de lo que pesa su mal nivel al alinear. Pumas no tuvo a alguien que pudiera controlar la pelota y que pudiera marcar el ritmo a la ofensiva. Dani Alves, desde su posición como el nuevo Alan Mozo se desprendió en un par de ocasiones hacia el frente para poner pases de gol, que tanto Del Prete como Dinenno desperdiciaron cotidianamente.

Si bien parecía un triunfo el irse al medio tiempo con el empate a cero, el reencuentro con el gol de nuestro Comandante apenas empezar la segunda mitad, sirvió para aligerar un poco la tensión y devolver el ánimo a la tribuna. Sin embargo, Dinenno volvió a fallar, increíblemente, solo frente a Nahuel Guzmán, rebanó un balón que le caía precioso en el punto penal, y el balón se escurrió a centímetros del palo derecho.

No es que sea culpa de nadie, ni siquiera del árbitro que tuvo una clara tendencia a marcar cualquier contacto como falta a favor de Tigres, que amonestó a Leo López por respirar muy fuerte, y que permitió, cómo siempre, las presiones y reclamos del 10 de los visitantes.

Porque también tenemos que hablar que el gol de André-Pierre Gignac a Pumas es algo que se tiene que dar por descontado. Por alguna razón, somos su más grande cliente y es así. Cada vez que jugamos contra Tigres, ese gol tiene que darse como un hecho. Lo sabía el cuerpo arbitral, por supuesto, que alargaron el partido más allá de ocho minutos, “hasta que anote el francés”. Se dice y no pasa nada.

Las lesiones de Caicedo y de Ricardo Galindo hicieron que el equipo terminara defendiendo con Freire, Aldrete y Bennevendo en la central. Una jugada por la banda derecha, que Tigres le hace a Pablo y a Charly por la lateral (¡como siempre las laterales!) fue suficiente para que los visitantes se llevaran un punto, arranchándonos del corazón esa victoria que hubiera sido ambrosía.

Al final, no estuvo del todo mal esta versión de la “Lillineta” convertida en “Tucamión”. Se tiene que recuperar la confianza como sea, con lesiones o sin ellas, con resultados o sin ellos. Los planteamientos de Andrés siguen pareciendo intentos desesperados por mantenerse a flote, pero al menos no nos golearon, es más, no perdimos, es más, ¡casi ganamos!

“Ai pa’ la otra” es un sentimiento que no se puede parar.

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